Rehabilitación de edificios: aspectos imprescindibles a tener en cuenta
Un elevado nivel de deterioro, necesidad de adaptarse a nuevos usos o mejora en aspectos como eficiencia energética y seguridad son algunos de los motivos más habituales que obligan a realizar trabajos para la rehabilitación de edificios. No son los únicos, el impacto en el paisaje urbano, la accesibilidad, las condiciones de habitabilidad o la obligación de preservar el patrimonio histórico de las ciudades también lo son.
La rehabilitación de edificios, por sus especiales características, son complejas. En ellas entran en juego infinidad de aspectos técnicos y cuestiones relacionadas con la normativa que condicionan los trabajos. Por ello, es esencial que contar con especialistas en el sector para realizar este tipo de obras.
Pasos en la rehabilitación de edificios
Un proceso de rehabilitación de edificios necesita un trabajo previo de enorme importancia, puesto que no hay dos situaciones iguales. El primer paso es siempre realizar un estudio en profundidad del estado de la edificación para determinar el grado de actuación que se requiere.
Hay que tener en cuenta que, aunque las obras afecten solo a parte del inmueble, se deben valorar todos sus elementos constructivos. En algunos casos será imprescindible protegerlos para no causar en ellos ninguna alteración con las obras de rehabilitación. En otros casos habrá que reforzarlos y, en ocasiones, incluso, será recomendable actuar también sobre algunos de ellos con carácter preventivo.
Otro aspecto previo importante es que la rehabilitación de edificios, en muchas ocasiones, viene determinada por la Inspección Técnica de Edificios. Si ha detectado deficiencias, será este documento el que marque las directrices principales de la actuación. No quiere decir esto, sin embargo, que no se puede actuar sobre elementos que, aun estando en buen estado, necesiten mejoras.
Además de todo lo anterior, no hay que perder de vista que el objetivo de cualquier trabajo de rehabilitación de edificios es mejorar sus condiciones. Por ello, es mejor acometer una actuación completa que actuaciones parciales que no harán más que incrementar el presupuesto y generar molestias.
En cualquiera de los casos, tras la valoración inicial será imprescindible realizar un proyecto técnico y obtener la licencia municipal de obras correspondiente. Solo entonces podrán iniciarse las obras de rehabilitación de edificios.
Aspectos que mejora una rehabilitación
La rehabilitación de edificios puede afectar a cualquier elemento de los inmuebles. Hoy en día, buena parte de las actuaciones en este sentido están relacionadas con la mejora de la eficiencia energética, trabajando para reforzar el aislamiento, sobre todo en fachadas. En este apartado también pueden incluirse otros elementos como cubiertas o ventanas.
El otro gran aspecto de las rehabilitaciones de edificios tiene que ver con la seguridad, más en concreto, con elementos estructurales. El deterioro de cimientos, forjados o pilares pone en riesgo la estabilidad de los inmuebles, de ahí que su reparación y refuerzo sean esenciales. Pero este es un trabajo no solo imprescindible, sino también delicado.
Las condiciones de salubridad del inmueble, la necesidad de renovar las instalaciones de fontanería y electricidad y la mejora obligatoria por ley de las condiciones de accesibilidad (normalmente mediante la instalación de ascensores) centran también trabajos de mejoría de edificación.
Finalmente, hay que tener en cuenta que, con el objetivo de que cumplan con las medidas mínimas de seguridad y habitabilidad, las administraciones públicas lanzan planes de ayuda a la rehabilitación de edificios. Este es un aspecto muy importante, puesto que las subvenciones pueden cubrir una parte importante de los trabajos.
En Involucra somos especialistas en rehabilitación de edificios. Nos encargamos de todas las fases del proceso con un gran equipo de profesionales. Además, trabajamos con el objetivo no solo de mejorar las condiciones de la edificación, sino que también lo hacemos pensando en el medio ambiente, reduciendo al mínimo las emisiones de CO2.