Rehabilitación de pavimentos en instalaciones deportivas
La práctica del deporte exige que el usuario se mueva sobre una superficie segura. Los diversos tipos de instalaciones requieren de un mantenimiento y de unos cuidados específicos. Por eso, lo primordial es tener claro qué tipos de materiales concretos utilizamos antes de plantearnos su mantenimiento. El desgaste de estas superficies hace que la rehabilitación de pavimentos en instalaciones deportivas sea una opción más que viable para mantenerlo a raya.
En la actualidad encontramos diversas opciones de mantenimiento que nos pueden ayudar en la rehabilitación de pavimentos en instalaciones deportivas. Para conocer cuál es el correcto primero debemos saber cómo es la superficie que estamos tratando y cuál es el problema a solucionar.
Conocer el tipo de pavimento nos ayudará a sacar un diagnóstico
En el mercado podemos encontrar varios tipos de acabado de los pavimentos deportivos. Los más comunes suelen ser los conocidos como pistas duras. Esta denominación se basa en que desde hace muchos años los suelos deportivos se realizan con hormigón, ya sea pulido o poroso, y su característica principal es que el material dota a la superficie de juego de una gran dureza, lo que implica una absorción de impactos casi nula. Este tipo de superficie de juego es también se conoce como rápida.
Los fallos en las instalaciones generan el desgaste
Otra característica muy importante, y origen de muchos de los problemas de estas pistas, es la necesidad de dotar a las grandes superficies realizadas con este material de juntas de dilatación que absorban los movimientos que se producen por las dilataciones y contracciones características de este producto.
Cuando no se hace mantenimiento es cuando viene el problema
El estado que presentan los pavimentos deportivos es, en algunos casos, muy deficiente, provocando el deterioro de las distintas partes que forman la instalación. Lo más habitual es encontrar abultamientos, charcos, desprendimientos, fisuras y grietas en el suelo. La presencia de cualquiera de estos problemas hace necesaria la reparación a fin de que las instalaciones queden en buen estado para el correcto desarrollo de la actividad deportiva.
En muchas ocasiones, no solucionar este tipo de problemas provoca el cese de la actividad en la pista. Se han encontrado pistas totalmente arruinadas en las que es imposible practicar ningún tipo de juego o deporte, y en caso de jugarse se corre un grave riesgo de lesiones.
La mala manipulación del material puede conseguir que la pista se deteriore en un corto espacio de tiempo. Por ejemplo, uno de los problemas más comunes en el hormigón poroso o pulido es el de las diferencias de altura en las juntas del pavimento. Esta deficiencia es muy peligrosa ya que se producen habitualmente tropezones que pueden terminar en caídas y consiguientes lesiones en los usuarios.
La mala instalación del material, sumado a la presencia de árboles alrededor y la presión de sus raíces pueden provocar fisuras a lo largo de toda la superficie.
La naturaleza también influye
Las grietas presentes en el hormigón son el lugar perfecto para la aparición de raíces y plantas que pueden empeorar el estado general de la superficie. Las inclemencias de tiempo, como el frío, la lluvia o el hielo, también propiciarán un desgaste mayor, haciendo que el hormigón se desprenda y empeorando el estado de las superficies de juego.
El asfalto alarga la vida de tus instalaciones
En la mayoría de los casos, la solución a un mal mantenimiento es aplicar una capa de aglomerado asfáltico sobre este. El resultado es sorprendente ya que al unir dos materiales con un distinto coeficiente de dilatación, las necesarias juntas de dilatación del hormigón se “calcan” en el aglomerado asfáltico.
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