Mezclas bituminosas, ¿qué son?
Las mezclas bituminosas son compuestos formados por una combinación de diferentes áridos, polvo mineral, aditivos y un ligante hidrocarbonado que forma una película que envuelve los áridos. Estas mezclas pueden tener, sin embargo, una composición diferente según su uso: para capa de base, intermedia o de rodadura, tanto en carreteras como en viales.
Tipos de mezclas bituminosas
Según la temperatura a la que se trabaje la mezcla, se puede hablar de mezclas bituminosas en caliente o semicalientes. En el primer caso se emplean temperaturas mucho más elevadas que la temperatura ambiente. De esta manera, el material ligante adquiere la suficiente viscosidad como para trabajarlo sin problemas.
Esas mezclas van a variar notablemente en el caso de capas de rodadura (más finas) intermedias o de base (de mucho más grosor, hasta 15 centímetros). La proporción mínima de ligante hidrocarbonado y de polvo mineral, así como el tipo de árido, su procedencia, su resistencia a la fragmentación e incluso la angulosidad serán diferentes. Y lo serán no solo según la capa, también según el tipo de tráfico que vaya a soportar el pavimento.
En concreto, cuando se habla de mezclas bituminosas en caliente para capas de rodadura se pueden diferenciar dos grandes grupos:
– Mezclas bituminosas drenantes: tienen una proporción de áridos finos muy baja, de modo que ofrecen una gran cantidad de huecos que actúan como drenante de la superficie. Este tipo de mezclas se emplean en capas de rodadura más gruesas.
– Mezclas bituminosas discontinuas: presentan diferentes tipos de granulometría, muy acentuada. Su uso es habitual en capas de rodadura más finas, de menos de 3 centímetros de espesor.
De cualquier forma, existe una amplia normativa que rige todos estos aspectos y algunos otros. Sería el caso del porcentaje de material procedente de fresado que se puede reutilizar en la fabricación de mezclas bituminosas para capas de base e intermedias o el tipo de aditivos que se pueden emplear en cada circunstancia en particular. El objetivo no es otro que garantizar la resistencia de la mezcla.
Proceso de puesta en obra de las mezclas bituminosas en caliente
En las mezclas bituminosas en caliente tan importante es el porcentaje de cada componente según el uso de la capa en la que se vaya a aplicar como la forma en la que se realiza la puesta en obra. De ambas cosas va a depender que la respuesta a las cargas de tráfico sea la adecuada.
El primer aspecto esencial en este sentido es que las mezclas se deben realizar siempre en plantas específicas. Deben contar con todos aquellos elementos imprescindibles (desde tolvas para áridos o almacenamiento hasta dosificadores, secadores, etc) para garantizar la calidad del producto final.
Otra cuestión básica es el transporte. No sirve cualquier camión, se deben emplear vehículos especiales de caja lisa y estanca que eviten que la mezcla bituminosa se adhiera a las paredes o pierda temperatura antes de ser extendida.
Por otra parte, la superficie sobre la que se vayan a extender las mezclas bituminosas debe estar convenientemente preparada para ello, fresando previamente la superficie si fuera necesario. Cuando todo esté listo, llegará el momento más delicado: el extendido, que debe realizarse siempre con maquinaria también específica. El paso final es la compactación.
El proceso de pavimentación es complejo y delicado. Por ello, es importante cuidar cada parte del procedimiento. Solo así el firme resultante de la aplicación de las mezclas bituminosas en caliente tendrá las características adecuadas en función de la capa y de la clase de vía de la que se trate.
En Involucra llevamos años investigando y fabricando mezclas bituminosas en nuestras plantas de aglomerado. Nos encargamos del transporte y de todas las fases del proceso. Somos especialistas en la construcción y conservación de carreteras y viales de todo tipo.
